Enseñanza de la lectura y escritura, un desafío para la escuela y la vida adulta

21 de Noviembre de 2016
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Es el lenguaje escrito el que posibilitará a los niños y niñas transitar por las distintas disciplinas del currículo escolar y progresar en los distintos niveles de enseñanza hasta su vida adulta, dice en esta columna de opinión la investigadora del CIAE, Carmen Sotomayor. Este será el tema del Workshop Internacional sobre Literacidad en la Escuela (SILE), organizado por el Centro de Investigación en Educación, los días 28 y 29 de noviembre.

Nadie puede discutir la importancia del lenguaje en los seres humanos. Para el desarrollo del pensamiento, pero también para el conocimiento y posicionamiento en el mundo, el lenguaje humano es imprescindible. El pensamiento se realiza en el lenguaje: se piensa con palabras y en la medida que el mundo se va conociendo,  se va nominando. 

Por ello es tan fundamental el desarrollo del lenguaje en la escuela y, en particular, el desarrollo de la lectura y escritura. Es, en gran medida, el lenguaje escrito el que posibilitará a los niños y niñas transitar por las distintas disciplinas del currículo escolar y progresar en los distintos niveles de enseñanza, desde la Educación Parvularia hasta la Educación Media. Asimismo, la consolidación de estos aprendizajes en la escuela será determinante, más adelante, en los ámbitos laboral, social o cultural de su vida adulta.

Por esto mismo es que se ha dado gran importancia  en nuestro país -pero también en el mundo-  a los aprendizajes en lectura y escritura. Es principalmente  en la escuela en que se deben aprender estas habilidades fundamentales para la vida en sociedad. Sin embargo, nuestro país muestra importantes desafíos en la literacidad de nuestros estudiantes tanto de Educación Básica, como Media.  Hemos conocido de manera reiterada que más de un tercio de ellos presenta bajos niveles de comprensión en lectura y  casi la mitad,  dificultades en aspectos centrales de la escritura como son el desarrollo de ideas y el vocabulario.

Por otra parte, pronto se conocerán los resultados de lectura de  la prueba internacional PISA en que Chile participa y sabremos cuánto han progresado nuestros estudiantes de 15 años, que ya han finalizado la Educación Básica.

¿Pero cuáles son los factores asociados a estas dificultades en lectura y escritura? ¿De qué depende que nuestros niños  y niñas alcancen mejores desempeños en estas habilidades? ¿Cuáles son las mejores estrategias de formación docente con este propósito?

Este será el tema que congregará a más de 40 investigadores que expondrán sus trabajos  en el Workshop Internacional sobre Literacidad en la Escuela (SILE), organizado por el Centro de Investigación en Educación,  los días 28 y 29 de noviembre en la provincia de Los Andes.

Por ahora, y  a modo de información, presentamos  algunos aspectos centrales que ha encontrado la investigación.

 

 

Relación entre el lenguaje oral y la lectura y escritura

Existe una relación fundamental entre el desarrollo del lenguaje oral y la lectura y escritura. En relación a la lectura, hoy se sabe que aquellos niños que tienen mayor cantidad de vocabulario en su léxico mental pueden leer y comprender textos escritos con mayor facilidad, porque identifican de manera automática las palabras y esto posibilita una lectura más fluida.

Por otra parte, los niños que comprenden y producen discursos orales con una sintaxis más compleja pueden también comprender mejor los textos escritos. Algo similar ocurre con la escritura: el manejo de un vocabulario más amplio y de una sintaxis más compleja en su lenguaje oral los dejará mejor preparados para la producción de textos escritos.

Enseñanza de la lectura

La enseñanza de la lectura en los primeros años es una de las tareas más importantes que deben enfrentar los profesores y profesoras. . En este aprendizaje se conjugan varias habilidades, pero principalmente se debe enseñar a los niños la decodificación y la comprensión lectora.

La investigación ha demostrado que para lograr la decodificación es clave que el niño tenga un alto grado de conciencia fonológica y de conocimiento del sistema alfabético. La conciencia fonológica es la capacidad de segmentar el habla en sílabas o fonemas, lo que le permitirá posteriormente asociar fonemas y grafemas para realizar el proceso de decodificación de los textos escritos.

 No obstante, la decodificación no es suficiente para lograr una buena comprensión. Otras variables tales como el conocimiento de los contenidos del texto (que implica un conocimiento del mundo), la variedad del vocabulario o el conocimiento de los géneros textuales y de sus estructuras (por ejemplo, la estructura narrativa de un cuento) también aportan a la comprensión.

Enseñanza de la escritura

La escritura permite a los niños expresar sus ideas, sus sentimientos y sus opiniones sobre la realidad que viven. La escritura implica complejos procesos cognitivos y lingüísticos, ya que se deben poner en acción simultáneamente habilidades tan distintas  como destrezas grafo motoras,  el reconocimiento de los sonidos (fonemas) y de sus distintas representaciones escritas (grafemas), idear  lo que se va escribir, tener en cuenta a la audiencia, velar por la coherencia de las ideas y la cohesión entre oraciones y párrafos, respetar la estructura convencional de los distintos géneros   textuales y, además, respetar las normas ortográficas.


Fuente: Carmen Sotomayor

Palabras Clave: literacidad   enseñanza escritura y lectura   SILE  
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