Debido a la propagación del virus COVID-19 a nivel mundial y en el país y a la constante circulación de información al respecto, los niños y niñas pueden estar experimentando nerviosismo, ansiedad y otras emociones. Ante esto los padres, cuidadores y educadores se preguntan cómo conversar con ellos sobre el tema y cómo aprovechar estas instancias en casa educativamente, sobre todo con los más pequeños.

Que los niños y niñas sepan que podemos hacer algo para contribuir es para la psicóloga y académica del Instituto de Estudios Avanzados en Educación e investigadora del CIAE de la Universidad de Chile, Macarena Silva, algo esencial: “El saber que se puede hacer algo reduce un poco la ansiedad. Por ejemplo, el lavado de manos, la distancia social y las medidas que se han implementado o implementarán, y mostrar a los niños que ellos al hacer eso están contribuyendo a que la situación mejore les da seguridad”.

En ese mismo sentido, la académica del IE de la Universidad de Chile, Llery Ponce, sostiene que “ordenar y limpiar es una experiencia que les permite, en primer lugar, comprender que ellos son parte activa del cuidado que debemos tener para evitar el contagio de esta y otras enfermedades, así como pensar sobre las formas de organizar, según sus propios criterios, objetos cotidianos (sus juguetes, por ejemplo)”.

Otro punto relevante es que no se les esconda información, ya que esto puede generar más preocupación. “A veces los adultos pensamos que al no decir nada estamos protegiendo a los niños, pero la verdad es que eso puede generar mayor temor. Hay que darles información, pero la que ellos necesitan”, dice Macarena Silva. Al respecto, la investigadora recomienda responder a lo que ellos preguntan y no enredarse con más: “hay que seguir su ritmo y adecuar las respuestas a su edad, en términos de la complejidad”, asegura.

La académica y psicóloga infantil también recomienda establecer rutinas para bajar la ansiedad y para expresar las emociones, tanto para ellos como también para los adultos que están a su cuidado.

En ese tema, por ejemplo, recomienda dibujar, conversar, expresarse físicamente, etc.. “En el contexto actual es absolutamente válido tener emociones como miedo y ansiedad, los adultos también las experimentamos, entonces en primer lugar, es importante dar espacio para ellas y en segundo lugar, validarlas”, dice Silva.

En ese sentido, Llery Ponce agrega que el juego es fundamental para expresar las emociones y también para aprender: “Los niños y niñas en educación parvularia si están jugando, están aprendiendo. Por lo que yo recomendaría no limitar el tiempo ni el espacio para el juego libre, ese juego en el que los niños y niñas “inventan” una situación y juegan a representarla. Además, el juego, les permite a los más pequeños integrar y comprender la realidad en la que se encuentran, que en estos días puede ser algo tensa”.

En términos educativos, las expertas explican que esta crisis puede ser una oportunidad para fortalecer la idea de comunidad y colaboración y también para educar. “Es importante que la comunidad escolar piense en formas de apoyo que sean pertinentes para ellos considerando la contingencia. Por ejemplo, pueden escribir mensajes que se pueden fotografiar y compartir con sus compañeros o hacer dibujos para sus amigos, que también pueden enviarse por celular, etc. Los profesores y padres han mostrado ser muy creativos en formas de poder mantener el contacto y el apoyo en situaciones difíciles”, dice Silva.

Sobre el punto, Llery Ponce explica que se pueden aprovechar las experiencias cotidianas como instancias de aprendizaje, en especial, en el caso de los preescolares: “Por ejemplo, cocinar con la familia, lo que implica buscar los ingredientes, medirlos, limpiarlos, explorarlos, etc. es una excelente forma en que los niños pueden utilizar el lenguaje para describir situaciones o ingredientes, en las que usan las matemáticas y donde aprenden de las características de los alimentos que consumimos habitualmente”, dice.

En relación a  internet y la exposición a noticias, Silva recomienda limitarlo, “muchos niños y jóvenes están al tanto de que hay “fake news” y hay que decirles que la información que circula sobre el virus puede ser no confiable o falsa, así que mejor apegarse a los hechos”.

Con respecto al regreso a clases, Silva sostiene que, como existe incertidumbre sobre el retorno, es importante mantenerse en contacto a distancia y al retornar, no seguir como si nada hubiera pasado: “Acoger, conversar sobre lo ocurrido, planificar en conjunto, estar atento a lo que va ocurriendo, tomarse el tiempo de conversar, de compartir ideas con la comunidad escolar para ver de qué forma el retorno puede ser lo más fluido para los niños”.