A cargo de David Gómez, posdoctor e investigador colaborativo del CIAE, estará la exposición del estudio "Las diferencias individuales en el control inhibitorio y su influencia sobre el aprendizaje de las fracciones" que se presentará en el Congreso organizado por la Sociedad Internacional de la Mente, Cerebro y Educación (IMBES).
La reunión, que se realiza por tercera vez de forma bienal, se llevará a cabo en la ciudad de San Diego, Estados Unidos, entre los días 2 y 4 de junio. El objetivo es reunir a investigadores de las ciencias cognitivas, neurociencias y práctica educativa para presentar diversos trabajos y generar una instancia de discusión sobre algunas problemáticas educativas con una mirada multidisciplinaria.
El trabajo, que se presentará en formato poster, nace del estudio realizado por Pablo Dartnell, Roberto Araya, Gonzalo Mena y David Gómez, investigadores del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y el Centro de Modelamiento Matemático (CMM), ambos de la Universidad de Chile.
Según Gómez, la motivación de este estudio surge de la inquietud sobre la dificultad que existe en el aprendizaje y enseñanza de las fracciones. ¿Por qué es tan difícil aprender fracciones y qué lo hace tan difícil?, son las preguntas que dan origen a este trabajo. Las fracciones argumenta el investigador- es un tema que cuesta explicar, a los niños les cuesta entenderlo, y aún cuando lo logran, se les hace sumamente complicado. Incluso también lo es para los adultos, si no lo ejercitamos con dedicación.
El objetivo de este trabajo es identificar por qué cuesta enseñar fracciones y dictar algunos factores que permitan luego diseñar estrategias de enseñanza para mejorar o facilitar el aprendizaje de las fracciones.
Las fracciones y la capacidad inhibitoria
El estudio partió con la premisa de que todos poseemos, en diverso grado, una capacidad para inhibir respuestas que hemos automatizado con el tiempo. Según Pablo Dartnell, en la literatura se ha observado que la capacidad de inhibir comportamientos ya aprendidos, lo cual significa no responder a los problemas de forma automática, sino evaluar respuestas alternativas, es importante para el éxito en matemáticas. Por ejemplo, los niños aprenden desde chicos y con mucha ejercitación las operaciones de números enteros y saben casi de forma automática- qué número es menor. El problema es que suelen aplicar la misma respuesta o método cuando se enfrentan a una fracción, lo cual los lleva al error, explica el académico.
La hipótesis con la cual se trabajó es que el mayor o menor éxito para enfrentarse a los problemas de fracciones depende de la propia habilidad o capacidad que se tenga para inhibir el uso de los conocimientos y estrategias asociados a los números enteros.
Frente a esto, los investigadores trabajaron con más de 50 niños y niñas de tercero básico, sin instrucción previa de fracciones, a quienes se les enseñaron, y luego midieron, los conceptos básicos de fracciones, junto con medir su capacidad de inhibición con una variante del test de Stroop, que está diseñado para esto. Los resultados mostraron que los puntajes en estos ejercicios están correlacionados significativamente con la capacidad de inhibición: A mayor capacidad de inhibición, mayor puntaje en los ejercicios de comparación de fracciones, señaló David Gómez.
Para este investigador, una implicancia interesante de esta línea de estudios es la posibilidad de entrenar la capacidad de inhibición. La pregunta es: ¿Podrían estos "entrenamientos" ayudarnos a facilitar el aprendizaje de las fracciones? Este es un tema aún por resolver.