¿Qué es la educación intercultural bilingüe? ¿Cómo empezar a implementarla? ¿Cómo abordar el currículo escolar desde esa perspectiva? Esas fueron algunas de las interrogantes que se abordaron en el Seminario “¿Cómo Educar en la Interculturalidad y el Bilingüismo a Estudiantes Sordos? Propuestas Pedagógicas y Didácticas para la Enseñanza”, que se realizó el martes 9 de septiembre en el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE), organizado por esa entidad y auspiciado por Fondecyt y el Instituto de la Sordera (Indesor).
La actividad contó con la participación de la profesora de la escuela Metro Deaf School, St. Paul, de Estados Unidos y magíster en educación bilingüe para sordos, Wendy Harris; de la investigadora del CIAE, Valeria Herrera; Verónica de la Paz, directora académica de Indesor; y del profesor de la escuela de Sordos doctor Jorge Otte, Juan Luis Marín.
Wendy Harris explicó que el marco fundamental de la educación intercultural bilingüe, que fue establecido por James Cummins en 1976, fue que debe enseñarse primero en la lengua uno, para luego aprender en la lengua 2. De esta forma, explicó que en la escuela se debe dar un valor equivalente y separado a cada lengua y cada persona en el establecimiento educativo debe usar las dos lenguas con fluidez.
En la misma línea, Verónica de La Paz recalcó que la educación para sordos sólo puede ser exitosa si incorpora elementos de su cultura, de manera tal que la educación intercultural bilingüe se entiende como “un diálogo entre todas las personas que compartimos un espacio educativo y en el cual la escuela se convierte en un espacio de todos”.
El seminario fue inaugurado por el director del CIAE, Rafael Correa, quien saludó a los representantes de diez universidades, de escuelas de sordos, de la Agencia de la Calidad y del Senadi, entre otros.
Qué es la EIB
El seminario forma parte del proyecto Fondecyt “Comprensión Lectora en Estudiantes Sordos de Primero a Cuarto Básico, estrategias visuales, cognitivas y metacognitivas y prácticas efectivas de enseñanza”, cuyo equipo encabezan Valeria Herrera y Verónica de La Paz.
El objetivo del proyecto es, por un lado, evaluar el efecto de la metodología de enseñanza de educación intercultural bilingüe, en la mejora de la comprensión lectora de estudiantes sordos, comparado con estudiantes sordos instruidos en métodos tradicionales de enseñanza. Además, el proyecto busca sistematizar las características de una metodología de enseñanza de la lectoescritura para sordos, que promueve el aprendizaje lector de los estudiantes a partir del desarrollo de estrategias de aprendizaje visual y prácticas educativas centradas en las características de aprendizaje de estos estudiantes.
En ese sentido, los expositores explicaron en el seminario cómo abordar el currículo escolar en la lengua 1 y en la lengua 2 desde un modelo educativo intercultural bilingüe.
“Para crear las condiciones lingüísticas y educativas apropiadas para el desarrollo intercultural - bilingüe de los niños sordos, es necesario incorporar adultos sordos a la escuela, ya que son considerados como los mejores modelos del niño para la adquisición de la lengua de señas y la Cultura Sorda”, dijo Juan Luis Marín.
Explicó que la mayoría de los niños sordos tiene padres oyentes, por lo que, si no están incorporados desde temprano a la cultura sorda, recién a los 15 ó 18 años se dan cuenta de su realidad, lo que repercute en su autoestima. “En cambio, mirando a otros sordos pueden reconocerse y aceptarse”, dijo Marín.
Respecto al rol del profesor sordo, explicó que éste debe ser un modelo lingüístico y cultural de la comunidad sorda en el ámbito educativo formal y no formal y un facilitador de la enseñanza y profundización de la lengua de señas. También debe transmitir la cultura de la comunidad de las personas sordas a los niños sordos, difundir la lengua de señas como lengua propia de la comunidad, ser consciente en necesidad individual que presenta en cada alumno sordo y una persona activa y participativa.
Por su parte, Valeria Herrera explicó lo que son las buenas prácticas de enseñanza de la lectura para estudiantes sordos, que deben tener, por objetivo, el desarrollar habilidades de pensamiento de orden superior. Por ejemplo, dijo que la clase debe tener objetivos claros, mostrar ejemplos de la tarea esperada y proveer oportunidades para la ejercitación y la práctica.