Docentes de prekínder a cuarto medio han destacado las ventajas de la metodología ARPA, que les han permitido desarrollar la creatividad y dejar atrás ciertas creencias, además de trabajar colaborativamente.

Docentes de prekínder a cuarto medio del colegio San Francisco Javier de Puerto Montt están participando de un taller ARPA, que se extenderá hasta diciembre, y que tiene por objeto que las y los profesores logren gestionar clases de resolución colaborativa de problemas con todos sus estudiantes.
La resolución colaborativa de problemas es una de las llamadas habilidades del siglo XXI y está presente en el currículo chileno como objetivo transversal. Sin embargo, aún persisten dificultades para llevarla de manera práctica a las aulas. En ese contexto, pese a los buenos resultados académicos del colegio San Francisco Javier, su equipo directivo observó que había algunas dificultades en las clases de matemática, ante lo cual decidieron realizar una evaluación externa que confirmó la pertinencia de un taller ARPA en la comunidad educativa.
El taller reúne a 24 participantes, entre los cuales siete son educadoras diferenciales que realizan co-docencia en las clases de matemática. Se organizó un proceso de seis sesiones de tres horas cada una: la primera se llevó a cabo el 26 de junio, y la última será presencial el 4 de diciembre. Hasta el 9 de octubre, ya se habían realizado cuatro sesiones, dos presenciales y dos virtuales.
“Desde el inicio del taller nos vimos desafiadas con diversos problemas matemáticos que nos exigían pensar, compartir ideas y llegar a una resolución conjunta […] Con el tiempo, comprendimos el valor de vivir en primera persona este tipo de metodologías: experimentar cómo debían desarrollarse y reconocer que los verdaderos protagonistas de estas clases debían ser los estudiantes”, relata Patricia Estrada, educadora de párvulos.
Hasta ahora, cada docente ha implementado entre tres y cuatro arpas (actividades de resolución colaborativa de problemas).
“La experiencia de ARPA ha sido muy grata, pues me ha permitido dejar atrás ciertas creencias sobre quiénes podrían desenvolverse mejor en la resolución de problemas o en el trabajo en grupo y quiénes no. He comprobado que el trabajo colaborativo potencia el aprendizaje de todos, generando un ambiente de apoyo y construcción conjunta. Además, ha significado un desafío constante, tanto para los estudiantes como para los profesores, quienes debemos responder con preguntas que abren la posibilidad de pensar más allá”, afirma la profesora Nathaly Grez, de cuarto básico.
Los participantes del taller también destacaron la importancia de desarrollar la creatividad. Así lo relató María José Mora, educadora diferencial que realiza codocencia en enseñanza media: “La aplicación de ARPA con las/os estudiantes nos trajo en IV° Medio una grata sorpresa al ver que, efectivamente, se despierta un interés distinto al presentar los desafíos bajo esta metodología. Aprender a pensar los problemas, dejar que la imaginación se despliegue, incentivar la conversación y la autonomía en los equipos, nos pone delante de una experiencia de enseñanza más inclusiva y consistente con las demandas de este tiempo”.
Para el subdirector de ARPA y monitor del taller, Cristian Reyes, esta experiencia ha permitido que los y las docentes de matemática, educadoras de párvulos y educadoras diferenciales, trabajen colaborativamente, resolviendo problemas genuinos de matemática, planifiquen actividades que sean desafiantes y alcanzables para todos los estudiantes del aula y reflexionen acerca de lo central en matemática, de su humanidad y de cómo puede ser interesante para todo el mundo.




