¿Una política de selección exhaustiva de alumnos genera una mejora real en el rendimiento de quienes ingresan a liceos selectivos de excelencia en Chile? ¿Es esta una oportunidad real para los alumnos más desaventajados? ¿Cuáles son las razones de los mejores resultados obtenidos por estos liceos? ¿Su replicabilidad es el camino para mejorar la calidad de todo el sistema educativo?

Estas fueron las preguntas que motivaron un estudio sobre la efectividad de los liceos públicos de excelencia en Chile, realizado por investigadores del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y en el que participaron once liceos emblemáticos.

El estudio, que fue presentado en un seminario sobre el tema organizado por el Centro de Estudios Públicos, analizó una muestra de estudiantes de estos liceos, usando los datos SIMCE de cuarto básico a segundo medio y la comparó con sus compañeros de curso en cuarto básico de las escuelas de las que provenían estos alumnos.

El análisis mostró que solo un 6% de quienes ingresan a estos liceos pertenecen al quintil de menor nivel socioeconómico y entre el  12% y 13% al quintil siguiente. “Los estudiantes de estos liceos son de familias de clase media-alta y pertenecería aproximadamente al percentil 75 de la distribución socioeconómica del país”, explicaron Claudio Allende y Juan Pablo Valenzuela, autores del estudio. Asimismo, sólo el 38% proviene de otro establecimiento municipal.

El estudio encontró un efecto positivo de los liceos emblemáticos por sobre el rendimiento de los alumnos: entre 10 y 15 puntos promedio en el SIMCE en lenguaje y matemáticas, efecto que es mayor en los estudiantes más vulnerables. Sin embargo, según los investigadores, ese efecto se explicaría principalmente por el efecto par (la concentración) de la habilidad de los estudiantes seleccionados.

“¿Son los liceos emblemáticos una opción real de movilidad? No porque acogen sólo a alumnos de mayor nivel socioeconómico y de mayores habilidades. ¿Se busca mejorar la educación municipal en su conjunto a través de la generación de este tipo de colegios? Este no sería el camino, ya que se genera una mejora para algunos y pérdida para otros por el descreme de estudiantes”, dijo Allende.

Sin embargo, los investigadores aclararon que esto no significa que el país no deba debatir acerca del impacto de la Ley de Inclusión en estos colegios. Sobre todo, porque la selección académica en estos liceos es una práctica histórica habitual, que fue reforzada a través del tiempo con el fin de mantener un sello de excelencia y el reconocimiento público.

“La modificación de sus mecanismos de selección académica por otro que incremente la heterogeneidad en su interior, es un cambio estructural de grandes proporciones, para lo cual estos colegios no están preparados”, dijo Valenzuela.

Por ello, llamaron al Ministerio de Educación y los sostenedores a acompañar a estos liceos en esa transición, analizando periodos más largos para ellos para la implementación de la Ley de Inclusión y testeando diversas vías de composición del alumnado.

El estudio fue comentado por la investigadora Claudia Martínez, de la UC; y Alonso Bucarey, doctorando del MIT.

En un segundo bloque Sylvia Eyzaguirre, investigadora del CEP, presentó su propuesta para mantener los Liceos de Excelencia mejorando la composición socioeconómica de su alumnado. Su presentación fue comentada por el diputado y presidente de la Comisión de Educación de la Cámara, Alberto Robles, y por el diputado Felipe Kast.