Chile está en medio de una reforma educativa y uno de los cambios más sustantivos que plantea ésta será la creación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLE), entidades que se harán cargo de la administración de los establecimientos públicos en lugar de las municipalidades.

Sin embargo, la diversidad geográfica y socio-demográfica de Chile hace que los territorios generen una serie de desafíos para estos nuevos SLE, como factores de contexto no educativos que influyen en el desempeño del sistema escolar, muchos de los cuales son invisibles para la política pública.

Por eso, un estudio del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile y de la U. Adolfo Ibáñez pretende desarrollar una plataforma de inteligencia territorial que apoye la gestión de los nuevos SLE, otorgando información objetiva, oportuna y actualizada para la correcta toma de decisiones respecto de la implementación de las nuevas políticas públicas en educación.

“En cada SLE se podrá diagnosticar los problemas que existen en los territorios, priorizar y generar planes para cerrar dichas brechas y hacer seguimiento y evaluación de dichas iniciativas, para una mejor gestión de la educación pública”, explica el director del proyecto e investigador del CIAE, Patricio Rodríguez.

Este es uno de los proyectos que el Centro de Investigación Avanzada en Educación se adjudicó en el último de los concursos Fondef.

El otro proyecto, encabezado por la profesora de Estado y doctorada en Pedagogía de la Lengua Materna, Carmen Sotomayor, desarrollará una comunidad de aprendizaje organizada en torno a una serie de herramientas y servicios que promueven el aprendizaje de la escritura.

El proyecto nace de la creciente preocupación por la enseñanza de la escritura, que se ha ido instalando en la agenda pública, en parte, gracias a evaluaciones como el SIMCE que miden la calidad de los textos escritos por estudiantes. Sin embargo, en las escuelas chilenas se le dedica poco tiempo, y gran parte de los profesores en ejercicio no han recibido formación inicial específica en esta área.

Por ello, el proyecto desarrollará una plataforma tecnológica colaborativa, con tres componentes: un sistema de corrección en pantalla, que permite visualizar los escritos de los niños, aplicar una rúbrica y dar retroalimentación; un banco de recursos, que contiene rúbricas, tareas de escritura y videos demostrativos de enseñanza de la escritura; y un servicio de corrección de escritos, al que el profesor envía los textos de su curso para recibir apoyo en la corrección y diagnóstico. Todo bajo un enfoque que promueve el aprendizaje de los estudiantes y de los profesores en ejercicio.