Desde el 2008, el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) ha jugado un importante rol en el Programa de Fomento de la Calidad Docente, Programa Inicia, que busca fortalecer y mejorar la formación docente.

Primero, fue la elaboración de los estándares de Lenguaje, Matemáticas y Parvularia, tarea que fue encomendada por el MINEDUC y que concluyó el 2011 con su difusión en los institutos de formación de profesores. Este año 2012, es la elaboración de la prueba de conocimientos disciplinarios, una de las tres evaluaciones que considera la Prueba Inicia y que en abril de 2013 podrán rendir de forma voluntaria los estudiantes egresados o que estén cursando el último año de la carrera de pedagogía.

El proyecto, presentado por el CIAE, fue adjudicado en conjunto con el Centro de Políticas Comparadas de Educación (CPCE), de la Universidad Diego Portales, el Departamento de Evaluación y Medición y Registro Educacional (DEMRE) y el Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile.

Para Carmen Sotomayor, este trabajo es un importante desafío tanto para el CIAE, como para la Universidad de Chile “Es un proyecto que va a generar un impacto en la situación educativa nacional. Estamos influyendo en la formación de los futuros profesores de nuestro país”, sostuvo.

En línea con los Estándares

Una prueba de lápiz y papel y con alternativas de selección múltiple, son algunas de las características que tendrá este examen de conocimiento disciplinario. Serán mínimo 60 preguntas que deberán generarse a partir de los Estándares.

Para su elaboración, se conformaron tres grupos de pruebas: Educación Básica y Parvularia, dirigido por Ernesto Treviño de la Universidad Diego Portales; Lenguaje e Historia, dirigido por Carmen Sotomayor, investigadora del CIAE; y Matemáticas, Biología, Química y Física, dirigido por Patricio Felmer, investigador del CIAE y CMM.

Cada prueba contempla la participación de un coordinador o coordinadora, un especialista en psicometría y un equipo de especialistas en las respectivas disciplinas y sus didácticas, responsable de elaborar las preguntas o ítemes que luego se deberán discutir en comisiones de trabajo.

Según Carmen Sotomayor, esta alianza le agrega un importante valor a las pruebas ya que les permite armar equipos mixtos con personas que participan en el campo disciplinar y expertos en evaluación y psicometría. “Armar una prueba no es solo conocer el contenido, sino también es necesario saber cómo hacerla válida y confiable”, agregó la investigadora.

Una primera etapa en la construcción de estas pruebas consistió en la selección de los indicadores a evaluar para cada Estándar, considerando tres criterios: que estuvieran alineados al currículum escolar, que fueran evaluables a través de una prueba de lápiz y papel, y que fueran imprescindibles en la formación de un profesor.

“Como los Estándares aún no se han implementado- argumentó Carmen- buscamos que los indicadores a evaluar fueran realmente imprescindibles y alineados al currículo escolar. Creemos que todas las universidades debieran formar a sus estudiantes en estos mínimos, para que sus egresados puedan desempeñarse como profesores”.

Mejorando la formación docente

De las tres competencias que medirá la Evaluación Inicia 2013 (conocimientos disciplinarios, conocimientos pedagógicos y habilidades de comunicación escrita), para la académica, son los disciplinarios el corazón del problema en el tema de la formación de profesores en nuestro país. “Es el contenido que debe dominar un profesor para enseñar. Esto involucra algunos conocimientos disciplinarios específicos, saber cómo aprenden los alumnos estos conocimientos disciplinarios y cómo planificar, implementar y evaluar la enseñanza de estos”, explica la investigadora.

Según Carmen, durante los últimos 5 años, se ha triplicado la matrícula de estudiantes de pedagogía, sin embargo, la calidad de esta formación, en general, no es buena. El año pasado, más del 60% de los futuros docentes que rindieron la prueba Inicia de Educación Básica salieron insuficientes. “Lo que hemos estudiado es que hay mucha motivación por parte de los estudiantes, pero hay mala preparación. A esto se le suma el bajo puntaje de ingreso que existe para ingresar a las carreras de pedagogía y el hecho de que en algunos casos incluso entran sin dar la PSU. Otro problema son las condiciones de trabajo de la profesión que debieran ser mejores para poder atraer y retener a los buenos alumnos”, argumentó.

Para la investigadora, la relevancia de este proyecto radica precisamente en la necesidad de regular la profesión docente y los contenidos que debe manejar el profesor. “Por primera vez se empieza a poner una exigencia nacional a la profesión de profesor. Por lo mismo, queremos que sea lo más transparente posible. Es una prueba que se está haciendo de manera abierta, entregando la mayor información posible a los decanos y jefes de carrera. Esto es valorado por las instituciones formadoras, que en este momento están respaldando y colaborando con la implementación de las pruebas”.