La pandemia abrió la puerta al uso de tecnologías en los establecimientos educacionales, pero el uso de éstas es aún limitado en tareas como planificación y gestión, hay baja o nula capacitación y su uso en las clases se limita a la utilización de plataformas para el aprendizaje. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio elaborado por un grupo de investigadores del CIAE de la U. de Chile y CEPPE de la Universidad Católica para la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
El estudio, de carácter mixto, incluyó una encuesta autoaplicada, que fue respondida por 204 directores/as de establecimientos escolares y 46 de jardines infantiles de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) de Colchagua, Valparaíso, Llanquihue y Atacama durante 2021, además de 12 directores/as de escuelas y 2 de jardines infantiles.
El estudio levantó datos sobre las habilidades digitales de los y las directores/as, realizó un diagnóstico de madurez digital del establecimiento educativos; y analizó los efectos de la crisis COVID-19 en la formación y educación.
“La pandemia marca claramente un antes y un después en términos de gestión de recursos, capacitación y motivación en ambientes digitales. Todos los actores del sistema tuvieron que desarrollar prácticas remotas de emergencia, donde las tecnologías digitales jugaron un papel fundamental. Un desafío actual es observar qué se mantiene de esas prácticas digitales en las escuelas”, dice Patricio Cabello, investigador del CIAE y uno de los autores del estudio.
Asimismo, los resultados dieron cuenta de que hay presencia de equipos, pero baja o nula conectividad para las tareas necesarias. Por ejemplo, pese a que casi 70% de las escuelas encuestadas y el 36% de los jardines indica que la mayoría o prácticamente todos/as utilizan recursos digitales, existe poco uso de éstos para el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes. El 38% de las escuelas y 84% de los jardines señala que es una minoría o prácticamente ningún estudiante el que los usa. Cuando se usa la tecnología en el proceso de enseñanza aprendizaje, es mediante plataformas online. Al respecto, el estudio encontró que los/as docentes se concentran principalmente en la producción de recursos instruccionales, desde presentaciones con diapositivas hasta material audiovisual de mayor factura. “Lo que hemos visto en la fase cualitativa es que la integración de tecnologías digitales es muy variable y depende en gran medida del acompañamiento y liderazgo que los docentes han tenido”, explica Patricio Cabello, investigador del CIAE y uno de los autores del estudio.
Otro hallazgo del estudio es que solo 1 de cada 10 escuelas y ningún jardín encuestado tiene un plan de desarrollo de competencias digitales para sus docentes. Además, en 4 de cada 10 escuelas y 8 de cada 10 jardines ningún docente ha participado en capacitaciones para el uso de tecnologías digitales.
Finalmente, el estudio dio cuenta de un bajo nivel de integración de tecnologías a la planificación estratégica: el 46% de escuelas y 80% de jardines no tienen un plan estratégico de digitalización. “Lo que ocurre es que, hasta ahora, los instrumentos de gestión de las escuelas en Chile no consideran un documento con dimensiones específicas a las actividades digitales. Es posible pensar que en este momento sea necesario que se desarrolle”, explica Magdalena Claro, investigadora del CEPPE de la Universidad Católica y autora del estudio.
Para los autores, este estudio permite relevar los desafíos del país en cuanto al uso de herramientas digitales en los establecimientos escolares. “Chile, junto a Uruguay, es el país con los indicadores más alentadores de acceso digital en escuela, y pese a esto, vimos en este estudio que la integración en las prácticas docentes era muy escasa antes de la pandemia. Ya hay hallazgos que permiten apreciar que factores como la formación inicial docente, la motivación y la aceptación de las tecnologías como recurso, son determinantes, y que el desarrollo profesional docente y la formación continua pueden dar un impulso importante para el desarrollo de las habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para la integración”, finaliza Cabello.