En el Auditorio Enrique d'Etigny de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, directivos y docentes, recibieron sus diplomas luego de un año de talleres ARPA para capacitarse en metodología de Resolución Colaborativa de Problemas.
La ceremonia de clausura fue dirigida por el subdirector de ARPA, Cristian Reyes, y contó tanto con la presencia de Rodrigo Roco, Director del Departamento de Educación Municipal (DEM) de Santiago, como de su Subdirectora de Gestión Técnico Pedagógica, Tamara Contreras Molina, quien dirigió unas palabras a las y los profesores.
“Primero que todo felicitarles a todas y todos por el esfuerzo que ha significado para ustedes, permanecer en este proceso de formación con ARPA. Sabemos que ha sido a veces un poco cansador, un trabajo adicional, tiempo adicional, pero que vale la pena de eso tenemos plena convicción, porque también lo que ustedes nos han transmitido a través de sus directores y directoras, a quienes aprovecho de saludar. Han reafirmado la necesidad de este proceso formativo con la Universidad de Chile, en colaboración con la Universidad, que es algo que esperamos que ocurra siempre”, señaló Tamara Conteraras.
Durante la jornada hubo espacio para testimonios que grabaron las y los docentes en sus establecimientos, donde rescataron los aspectos que valoran de esta formación. Luego, divididos en dos grupos de generalistas, uno por cada área disciplinar, más el grupo de directivos, recibieron sus diplomas de mano de sus monitores. También hubo un momento de música interpretada por la banda SOS, conformada por estudiantes de quinto básico del colegio Libertadores de Chile, que se ganaron la simpatía del público docente.
Por otra parte, Víctor Berríos, experto en educación del área de Lenguaje, dedicó a las y los profesores un detallado rescate del pensamiento pedagógico de Gabriela Mistral.
ARPA en la voz de los docentes
Osvaldo Valenzuela, director de la Escuela Provincia de Chiloé, participó del taller de liderazgo educativo para directivos, durante el año 2023, y diecinueve docentes de su escuela se capacitaron para implementar esta metodología activa para el aprendizaje.
“Lo que nosotros podemos visualizar en los logros es los cambios desde la enseñanza al aprendizaje y cómo esto favorece el trabajo colaborativo, el desarrollo de la autonomía, la retroalimentación, entre estudiantes, profesor- estudiantes, entre colegas y la comunidad en general. Tuvimos la oportunidad de que los niños sean los protagonistas de la creación del conocimiento pedagógico, con habilidades para el siglo XXI. Podemos rescatar, el aprender a aprender, a compartir han sido elementos primordiales para que nuestros niños sean ciudadanos activos y protagonistas”, señaló Valenzuela.
Liliana Vera Novoa, es profesora de Lenguaje hace 30 años y trabaja la misma cantidad de años en la municipalidad de Santiago. Consultada por su experiencia en ARPA, declaró que por el horario no tenía muchas ganas, pero que la motivó seguir perfeccionándose profesionalmente. Asegura que al principio estaba un poco desconfiada de poder implementar, que a sus colegas de otras áreas les pasó lo mismo y que en la medida que comenzaron a implementar los resultados las sorprendieron.
“A veces nos adelantamos a las preguntas, no es necesario. Con ARPA solamente se responde aquello que los niños no pueden resolver en grupo. Pero no hay que dar tanta instrucción general, no hay que activar tanto conocimiento previo, no hay que ejemplificar tanto y creo que ahí radica la magia, porque los obliga a pensar”.
Por último, destacó que “para coronar toda esta experiencia maravillosa de ARPA, un especial reconocimiento a las monitoras, porque con ellas aprendí que una retroalimentación puede ser efectiva y afectiva”.
En tanto, Cristóbal Venegas, profesor diferencial de la Escuela Libertadores de Chile señaló que su impresión respecto al proceso de formación es muy buena. “En relación a romper los esquemas clásicos en la educación en función de un trabajo en que los niños sean los protagonistas. Ellos son los que van gestando y formando el desarrollo de las actividades, más allá de lo que uno les propone. Tiene que ver con que ellos vayan siendo más activos en el proceso”, manifestó.
Finalmente, Carolina Montano Peredo, educadora de párvulo de la Escuela Provincia de Chiloé, aseguró que fue un enriquecimiento a sus prácticas profesionales. En un comienzo sintió inseguridades, pero que luego se fue motivando por el impacto que fue observando en sus estudiantes. “Arpa trascendió de la sala a los juegos”, concluyó.
Javiera Marquez - Comunicaciones CIAE