Fernando Reimers, director del Global Education Innovation Initiative de la Universidad de Harvard, recientemente dictó una conferencia en la Universidad de Chile sobre el rol de la educación en el fortalecimiento de la democracia. En su exposición reflexionó sobre algunos de los desafíos críticos para la formación ciudadana en las escuelas y universidades, entre ellos: la desigualdad educativa, corrupción, intolerancia, polarización y el populismo.

En el marco de los 50 años del golpe de Estado en Chile, el Instituto de Estudios Avanzados en Educación y el CIAE de la Universidad de Chile organizaron el seminario "Educación, ciudadanía y derechos humanos: Nuevos desafíos de la democracia". Durante este evento, el profesor Fernando Reimers, director Global Education Innovation Initiative de la Universidad de Harvard, impartió una conferencia magistral que puso de relieve los retos actuales que enfrenta la educación para el fortalecimiento de una ciudadanía democrática.

En la actividad participaron Rosa Devés, rectora de la Universidad de Chile; Carmen Sotomayor, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la misma institución; y Nicolás Cataldo, ministro de Educación. Además, Rodrigo Mayorga, académico del Instituto de Historia UC; Valentina Rojas, profesora y encargada del Colegio CREE Cerro Navia; y Luz María Budge, presidenta Consejo Nacional de Educación expusieron en un panel sobre los desafíos para las escuelas en este sentido.

Rosa Devés, Carmen Sotomayor y Nicolás Cataldo, expresaron en la instancia la urgencia de acercar a las nuevas generaciones habilidades transversales para la convivencia en sociedad, como el respeto a los derechos humanos, el fortalecimiento del diálogo, la resolución pacífica de conflictos y la valoración de la democracia. En este sentido, subrayaron que la educación desempeña un papel fundamental en la construcción de una sociedad democrática y en la formación de ciudadanos comprometidos y críticos que puedan abordar los desafíos actuales de manera efectiva.

Enfatizaron en que la democracia debe vivirse y experimentarse en las comunidades educativas, y que es necesario que el aula refleje la realidad. “La democracia se experimenta, se vive, se ejercita y quizás ahí es donde estamos fallando, y probablemente en nuestras comunidades educativas este es un fenómeno al que hay que ponerle atención”, señaló el ministro de Educación, Nicolás Cataldo.

En esta misma línea, remarcaron que las instituciones deben ser representativas de la sociedad, de un vivir en común que permita el enriquecimiento de unos con otros. “Uno de los mayores desafíos en Chile es el vencer el individualismo y el poder habitar ese lugar de lo común y eso cuesta”, señaló la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, agregando que "hemos trabajado en la Universidad para estar permanentemente avanzando en ser una institución que realmente sea de Chile, que sea representativa de la sociedad. Todo esto para que el vivir y convivir en esta Universidad sea realmente una escuela de cómo vivimos y convivimos en el país, en ese vivir en común".

Desafíos que limitan a las escuelas y universidades

Durante su presentación, Reimers revisó la relación histórica entre los derechos humanos, la ciudadanía y la educación. Destacó a figuras como Bartolomé de las Casas y Juan Comenius, quienes creían en la educación como medio para la paz y la resolución pacífica de conflictos. “Hasta donde yo sé este es el primer registro que existe de forma escrita donde alguien conecta la idea de que, para tener paz hay que educar a todas las personas, la educación existe para permitir que resolvamos nuestras diferencias de forma pacífica”.

También destacó la influencia de la ilustración en la concepción de la democracia y la importancia de la educación pública y universitaria en el desarrollo del pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad.

Posteriormente, profundizó en los desafíos actuales que complejizan el rol de la educación en la formación de ciudadanos democráticos. Mencionó haber presenciado manifestaciones en las inmediaciones de la Universidad de Berlín, organizadas sobre la idea de que no todos los seres humanos poseen los mismos derechos, así como casos de grupos que promovían la censura de profesores que abordaban temas políticos.

En este sentido, enumeró los cinco desafíos que, en sus palabras, “limitan la capacidad de la escuela de ejercer la función que le es propia”. Ellos son la corrupción, desigualdad social, intolerancia, polarización y populismo, los que se han visto exacerbados en la última década debido a la pandemia y tecnologías digitales. "La pandemia ha agudizado la polarización de la sociedad, los extremismos, lo cual se manifiesta en cada vez más conflictos dentro de las escuelas", expresó. Por otro lado, las tecnologías, señaló, “nos sirven para hacer cosas buenas y buscar formas más plenas y amplias de participación, pero también permiten a grupos intolerantes encontrarse”.

En ese sentido, Reimers mencionó algunos ejemplos que están limitando los espacios educativos: cuando los recursos para apoyar la educación son capturados, lo que limita la posibilidad de educar a la gente y aumenta la desconfianza; o cuando hay temas que no se pueden discutir o enseñar dentro de una institución educativa, porque autoridades o grupos de poder no están de acuerdo. O bien, cuando existe una cultura de la cancelación que no permite que alguien se exprese.

Particularmente, señaló que la democracia está basada en la premisa de la igualdad fundamental de las personas, “pero cuando se dan cuenta de que las condiciones y las diferencias son tales, la legitimidad de la democracia se pierde”. Lo que para el académico se agudiza si esto se traduce en no tener voz ni participación.

“Mientras los sistemas educativos sigan reproduciendo la desigualdad social, va a ser difícil para la democracia tener legitimidad de cara a las personas que no ven que sus circunstancias pueden mejorar”, explicó.

Respuestas educativas

Para abordar estos desafíos, Reimers propuso diversas respuestas educativas. Esto incluye formar una ciudadanía más informada y promover habilidades de pensamiento crítico. También abogó por fomentar la diversidad en las escuelas y la experiencia de aprender de la diferencia para combatir la desigualdad.

Sugirió la promoción de experiencias que ayuden a las personas a comprender la complejidad de la identidad humana: “se pueden promover experiencias que les permitan a cada quien reconocer que el ser humano es complejo, que la identidad de cualquier persona es multidimensional, que nadie puede ser reducido a una dimensión de su identidad, cuando uno reconoce eso empieza a encontrar que tiene intereses y puntos en común que permiten la negociación y colaboración”, señaló.

También propuso promover el estudio en profundidad de la historia y en particular de las instituciones democráticas y de las condiciones que promueven las rupturas. Además, mencionó la importancia de educar a los estudiantes en una cultura de rendición de cuentas: “Lo primero que le toca hacer a una institución educativa es funcionar bien, porque de su buen funcionamiento van a aprender los estudiantes”.

La jornada finalizó con un conversatorio en el que se discutió sobre actividades prácticas y recomendaciones para la educación ciudadana desde la escuela, en el que participaron Rodrigo Mayorga, académico Instituto de Historia UC; Valentina Rojas, profesora y encargada del Colegio CREE Cerro Navia y Luz María Budge, presidenta Consejo Nacional de Educación.