
Señor director:
Al hacer públicos los resultados que obtiene un grupo de estudiantes de Pedagogía que se somete voluntariamente a un examen de conocimiento disciplinario y pedagógico, identificando la institución formadora de la que fueron parte, el Mineduc estigmatiza a estos jóvenes y a la profesión para la cual creían haberse preparado.
Tenemos suficiente evidencia de que la preparación de profesores de educación básica tiene problemas serios debido a la calidad de algunas instituciones formadoras y, en gran medida, a la magnitud de las transformaciones que se deben efectuar al conocimiento impartido en educación media. Urge producir a la brevedad transformaciones para mitigar las debilidades con que ingresan los futuros profesores, y que involucren mayores niveles de especialización en las materias curriculares que deben enseñar. Esta fue la conclusión del estudio internacional IEA TEDS-M sobre formación docente, en el que participó Chile, y que demostró el bajo nivel de conocimientos de nuestros futuros profesores.
No sigamos midiendo lo que no ha cambiado; cambiemos lo que necesita modificarse. Tampoco presumamos que mejores sistemas de acreditación por sí solos producirán estos cambios.
Sugiero que el Mineduc asuma una cruzada de apoyo a la modificación cualitativa de los programas de formación, al estilo del programa de Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente que manejó entre 1997 y 2002.