“Si no nos ocupamos prioritariamente de este 36% de matrícula que está en la educación pública vamos a haber perdido una riqueza que ningún país con economía de mercado y condiciones económicas similares se ha permitido perder”. Así lo expresó la ministra de Educación, Adriana Delpiano, al inaugurar el seminario “Reforma de la educación pública: desafíos para su fortalecimiento”, que organizaron el Centro de Investigación Avanzada en Educación y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), ambos de la U. de Chile.
El seminario analizó la importancia para el país y la sociedad de fortalecer la educación pública, los alcances del proyecto de ley que actualmente se discute en el Congreso y los desafíos que enfrenta esta tarea de robustecerla, tanto desde el punto de vista del proyecto en discusión, como de los temas pendientes.
El evento se realizó el miércoles 25 de mayo, en el salón Eloísa Díaz de la Casa Central de la universidad y fue inaugurado por la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés, en representación del rector. Contó con destacados panelistas como los senadores Carlos Montes e Ignacio Walker y el diputado Giorgio Jackson, además de los directores del CIAE y COES, Alejandra Mizala y Dante Contreras, respectivamente.
Dante Contreras analizó cómo los bajos niveles de calidad del sistema en su conjunto y la alta segregación de las escuelas tienen un efecto en el ingreso al mercado laboral, generando desigualdad y que ésta persista a nivel de salarios entre egresados de establecimientos públicos, subvencionados y privados. “Esto –dijo- justifica una reforma de escala significativa e integral”.
Desde su perspectiva, es necesaria la inyección de recursos y una reformulación del diseño de la institucionalidad de la educación pública, aunque ello signifique un cambio en las reglas del juego. Añadió que la reforma en curso fortalece la educación pública, ya que aborda las temáticas de calidad y equidad. Y agregó que su implementación gradual le otorga carácter de “piloto”, lo que permite que sea revisada y optimizada a través del tiempo, generando instancias de aprendizaje.
La pieza faltante de la educación pública
Por su parte, el académico del CIAE, Cristián Bellei, analizó cómo el diseño de la institucionalidad de la educación púbica –específicamente de los servicios locales de educación propuestos en la reforma- resulta clave tanto en su fortalecimiento como en que ésta responda a su misión: orientarse al “bien común”. En ese sentido, analizó el proyecto de ley en discusión bajo la óptica de lo recomendado en el Consejo Asesor de Educación convocado en 2006, tras el movimiento de los pingüinos.
Explicó que el proyecto construye un “nivel intermedio”, que conecta las políticas nacionales con la gestión educativa local y acumula capacidades profesionales de apoyo y que tiene efectos indirectos sobre la escuela, pero relevantes. “No nos engañemos cuando decimos vamos a recuperar la educación pública, porque Chile no tuvo ese nivel. En los 50 y 60 comenzaron algunas ideas de comenzar algún nivel intermedio. Estamos creando una pieza faltante del sistema escolar y por eso el desafío es grande”, dijo.
Añadió que la evidencia internacional confirma que los niveles institucionales agregan valor, al generar condiciones organizacionales que facilitan el trabajo de los directivos y de los profesores. “No todo es atomización de las escuelas y esa es una mirada que tiene un punto ciego”, dijo.
Localización de escuelas
Por su parte, los académicos Luis Valenzuela (COES) y Juan Pablo Valenzuela (CIAE) expusieron sobre un proyecto conjunto, en el que también participa el Centro de Modelamiento Matemático de la universidad, que entrega herramientas de planificación de la localización de escuelas. Resaltaron, en ese sentido, la necesidad de contar con herramientas para planificar la oferta de educación pública, en especial después de la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión, que al poner término al lucro reduce el interés de privados a ingresar a zonas de expansión urbana.
Mostraron evidencia acerca de cómo ha bajado la matrícula de la educación pública y los fenómenos asociados. “No es que las familias tengan algo en contra de la educación pública, sino que en varias décadas el gobierno central se olvidó de ella”, dijo Juan Pablo Valenzuela. Añadió, por ejemplo, que entre 1995-2007 la matrícula pública urbana de educación básica se redujo en un 17,3%, mientras la particular subvencionada creció 40%. Añadió que si bien la Subvención Escolar Preferencial influyó en la caída de la matrícula pública, más relevante fue la ausencia de mecanismos para responder a los déficits en zonas de expansión urbana.
En ese sentido, Luis Valenzuela, académico de la U. Adolfo Ibáñez y del COES, mostró algunas las brechas espaciales de oportunidades de acceso a educación, que ha evidenciado el estudio. En Santiago, por ejemplo, mostró los niveles de accesibilidad a escuelas a una distancia de 10 minutos a pie y cómo hay muy pocas matrículas disponibles en la periferia, que es donde menos se han instalado escuelas públicas y más escuelas subvencionadas. “Más que buscar los límites administrativos políticos, se debe buscar las realidades territoriales de acceso a las escuelas”, explicó el académico.
El seminario cerró con un panel integrado por los senadores Carlos Montes e Ignacio Walker y el diputado Giorgio Jackson, que fue moderado por la directora del Centro de Investigación Avanzada en Educación, Alejandra Mizala.
Comunicaciones CIAE
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- Descargue la presentación de los académicos Juan Pablo Valenzuela y Luis Valenzuela.
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- Descargue la presentación del senador Ignacio Walker.
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