El equipo del Proyecto de Acompañamiento a Redes Educativas del centro de Liderazgo C Líder y del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), organizó un taller teórico-práctico dirigido a supervisores ministeriales, equipos técnicos de sostenedores, directivos y docentes. En la instancia, presentaron un modelo de acompañamiento diseñado para desarrollar capacidades que impulsen el mejoramiento de las redes educativas. 

“Cuando decimos acompañar estamos hablando de una relación horizontal, donde se crea un vínculo, pero también es importante el liderazgo que permite que la red funcione de mejor manera, este proyecto entonces ha estado dirigido a los coordinadores y líderes de las redes”, explicó Nicole Bustos, investigadora asistente del CIAE y parte del equipo que desarrolló el modelo. Según explicó, uno de los principales valores del modelo está en que se basa en dos experiencias previas desarrolladas en Chile entre el 2016 y 2019, en el Centro Líderes Educativos y el Centro de Liderazgo Educativo (CEDLE).

 Ambas experiencias dieron origen a este modelo de acompañamiento que implementa C-Líder desde 2021. "Lo hemos estado trabajando durante varios años y puede ayudar significativamente a organizar la manera en que se entiende el trabajo en red", señaló el investigador del CIAE, Mauricio Pino, quien también es miembro del equipo. 

El modelo está dirigido a líderes de redes educativas y promueve el desarrollo de un mayor capital profesional en las redes para generar impacto en las prácticas de enseñanza. Según explicaron durante la sesión, considera una implementación de dos años que incluye talleres, tutorías y actividades de trabajo autónomo. Hasta la fecha, se ha implementado en 31 redes educativas del país.

Para el equipo, es clave definir apropiadamente el propósito nuclear de la red educativa, describiendo claramente qué se hace, cómo se hace, con quién y para qué. Por otro lado, se deben movilizar capacidades para desarrollar una colaboración profunda, una identidad de la red, así como también construir confianzas, trabajar sobre el error y crear un espacio de conocimiento, crecimiento y corresponsabilidad. Finalmente, es importante lograr el desarrollo del capital profesional dentro de la red, lo que afectará finalmente a la realidad de la escuela.

“Esto lo hemos logrado con varias de las redes y ha sido realmente reconfortante para ellos ver el espacio de la red como algo significativo para su práctica cotidiana, para que eso sea relevante hay que intencionar el trabajo, buscar un mecanismo para ganar profundidad e impactar las prácticas de las escuelas”, señaló Nicole Bustos.